Su pintura refleja, en ocasiones, las circunstancias históricas y sociales de un fin de siglo en crisis: así, los cuadros titulados "Triste herencia" y ""¡Aún dicen que el pescado es caro!" Sin embargo, Sorolla tiende a una pintura optimista y vital, incluso cuando retrata la vida de modestos pescadores.
Otra importante faceta suya fue la de retratista, de figuras importantes como fueron Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Vicente Blasco Ibáñez, Ortega y Gasset, etc. También, en 1914, había sido nombrado académico cuando terminó los trabajos para la Hispanic Society en 1923.
El director de la escuela aconseja que el pequeño Joaquín sea matriculado en la Escuela de Artesanos, donde asiste a las clases nocturnas de dibujo del escultor Cayetano Capuz. En los años siguientes trabajará como cerrajero y coloreando fotografías mientras asiste a las clases en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos.
En 1900 gana la medalla de honor de la Exposición Universal de París y empieza a exponer en salones y exposiciones de Europa, y en galerias de arte para llevar a cabo muestras individuales.
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